08 enero 2007

Las Cosas Simples (Parte 2)


Luego de algunas conversaciones y algunos comentarios dejados en mi blog, he logrado reunir cosas y situaciones muy simples que me causan felicidad real. Estas cosas y situaciones, sin embargo, no son determinantes y pueden cambiar repentinamente, si he de encontrarme con alguna cosa simple o verme envuelto en alguna situación simple que me causen real felicidad.

Tampoco quiero que esta lista se tome como una autodefinición. No creo que estas cosas y situaciones que me dan feliciad puedan definirme. Acaso sólo dejan asomar una muy pequeña parte de mí: la de los momentos felices basados en cosas simples. Existen muchos otras cosas y situaciones relacionadas a mí que pueden llegar a explicarme de manera mucho más exacta, y que no tienen necesariamente relación con la felicidad. Hace muchos años escuché una frase en una película irlandesa que me dejó marcado el verdadero concepto de la felicidad. No la recuerdo con exactitud, pero decía algo como "la felicidad como estado de ánimo no existe realmente. Nosotros tenemos momentos felices, que son escasos o muchos, dependiendo de las expectativas de cada uno, pero ellos, ni sumándolos nos permiten afirmar que somos felices, porque tampoco podemos afirmar que somos tristes". En este punto debo resaltar la maravillosa ventaja que tiene el español como idioma, ya que nos permite distinguir con verbos distintos entre el ser y el estar. Así, nosotros podemos "estar felices". Cuánto dure ese momento, ese estado, dependerá de la intensidad del estímulo que lo causó. Pero me parece demasiado pretensiosa la frase "soy feliz", por no decir que es una falacia.

En fin, aquí va mi lista. Si a alguien no lo hace feliz, me vale un cuerno.

1. Ver las olas reventar en riscos y piedras enormes y escuhar el sonido de la espuma al caer sobre ellos.
2. Terminar un libro maravilloso y abrazarlo por cinco minutos contra mi pecho.
3. Ir a una disco underground y bailar sólo al ritmo de las mejores bandas new wave y techno.
4. Caminar por la calle Isidora Goyenechea en Santiago de Chile, por la noche en silencio.
5. Tomar un espresso en un café con mesitas y sillas estilo parisinas, con un buen libro, mientras ausculto a la gente que pasa delante mío.
6. Tener tiempo para escribir y hacerlo (escribir, me refiero)
7. Revolcarme en la arena caliente después de salir del mar.
8. Jugar con mis uñas después de habérmelas arrancado
9. Recibir saludos por mi cumpleãnos de la gente que menos espero (la mayoría, ya que no hago muchos méritos para que se acuerde nadie).
10. Comer chocolates Frigor de Cailler (de los que vienen en pequeños y delgados cuadraditos).
11. Escuchar Nocturnos de Chopin para Cello y Piano mientras sostengo una buena conversación (esto suen un poco snob, pero qué puedo hacer, me da felicidad).
12. ... voy a pensar un poco más para encontrar otros ejemplos.

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