07 julio 2006

Quisiera ser más valiente

Como para no dejar de pensar en lo que viene después de esta vida, hoy me tocó enfrentarme a mi primera experiencia definiendo mi misión de vida, que no es lo mismo que explicarme por qué vivo. Por qué vivo? No tengo idea. La explicación científica del acto de procrear, enlace espermatozoide y óvulo, es sólo la definición del proceso de vivir. Explica el comienzo de ese proceso. Pero la misión? Quién la sabe? Ni siquiera sabemos hablar cuando nos expulsan a este proceso llamado vida. Cómo vamos a saber para qué diantres estamos aquí. Hoy, 34 años después de aquél evento llamado nacimiento, una guapa colombiana en sastre gris pasada los 40 me pidió que definiera para qué estoy aquí. No creen que es un poco tarde, digo yo? Una vez leí un artículo, pasaje o no sé qué acerca de la posibilidad de empezar la vida absolutamente lúcido, con mucho conocimiento y plenas facultades físicas, mentales y comunicacionales. La historia sería distinta. Yo arranco con un plan. No estoy de improvisado y dependiendo de todo el mundo. Doy resultados inmediatos, defino una estrategia alineada a mi propósito de vida, definido por mí desde el primer minuto, y ciertamente influenciado por el entorno en el que inicio mi vida, pero nunca tan condicionado por el gran período de tiempo y de idioteces realizadas que pasas hasta definirlo cuando la situación es al revés, es decir, cuando nazco como un bebe inútil, mudo, cojo, manco, en fin, totalmente inválido física, mental y comunicacionalmente, asi como nos arrojan a la vida.

De cualquier manera, el ejercicio fue ciertamente incómodo. Creo que 34 años pueden no ser muchos, o ser demasiados, dependiendo del grado de optimismo o pesimismo con el que te enfrentes al ejercicio. Yo no me definiría como pesismista, pero me considero realista al aceptar que todo lo que escribí durante cinco minutos, luego de que la colombiana nos pidiera definir nuestra misión de vida, va a ser muy difícil de lograr luego de lo ya avanzado. No creo que sea un tema de tiempo. Es un asunto de renuncia. la clave es atreverse a renunciar. Renunciar siempre es un riesgo. Renunciar a un trabajo, renunciar a una relación, a un amigo, a un club, a un país. Toda renuncia es una pérdida, no necesariamente una ganancia. Muchos creen que si renuncio a algo al mismo tiempo estoy ganando algo. No es así. No lo puedes saber. Una renuncia sí significa un nuevo comienzo. Y todo nuevo comienzo puede intrincar grandes ganancias, pero también enormes pérdidas. Si yo renuncio a mi trabajo por dedicarme a escribir. Si yo renuncio al dinero que gano por una vida más apasible. Si yo renuncio al tiempo dedicado a la empresa por dedicarlo más a mi familia. Si yo renuncio al país en el que nací por otro en el que creo poder alcanzar parte de mi misión. Todo supone una pérdida y un nuevo comienzo. Todo implica un inmenso temor.

Quisiera ser más valiente.

No hay comentarios.: